lunes, 6 de abril de 2015

LA CIUDAD

Apenas unas fracciones de segundo para mirar a los ojos del que se cruza y demostraros que ambos existís y sois seres visibles. Porción diminuta de tiempo que demuestra que no sois más que eso: dos desconocidos que se toparon por casualidad.
La desatención cortés como mecanismo para demostrar al extraño que es algo más que una entelequia o un holograma provisto de frustraciones y anhelos.
Interacción no focalizada para encontrar tu sitio dentro de la masa, en la aglomeración de cadáveres en potencia, de juventud, vejez y mediana edad ordenada en guetos.
El gesto neutro mostrando indiferencia para evitar el conflicto. Atrezzo humano de carne y hueso que te circunda. Manojos de nervios o sacos de tedio.
Extraños de existencia transitoria que se esfuman permaneciendo en el anonimato, diluyéndose en el trasiego.