martes, 15 de diciembre de 2015

FERETROTERAPIA


Esta mañana mientras desayunaba leía en el periódico una noticia acerca de una novedosa forma de conseguir que gente estresada y con tendencia suicida reflexionase sobre el sentido de la vida y se replantease la envergadura de sus problemas.

Corea del Sur posee la tasa  más alta de suicidios  del mundo industrializado. Las personas se sienten presas de un alto grado de estrés en el entorno laboral.

Para paliar el problema, el exdueño de una funeraria ha ideado “la terapia del ataúd” que consiste en asistir al propio funeral fingido.

En primer lugar, se viste a los pacientes con una túnica blanca y se les invita a escribir una carta de despedida a sus seres queridos. La sala se inunda de lloriqueos y llantos profundos. A continuación, todos deben abrazar una foto de sí mismos envuelta en un lazo negro e introducirse en un ataúd. Acto seguido, un hombre vestido de negro de pies a cabeza aparece en la sala de terapia y va cerrando uno a uno los ataúdes donde los pacientes permanecerán varias horas reflexionando sobre el sentido de sus vidas.

Para que el efecto sea más  duradero,  se recomienda el visionado de vídeos de personas con enfermedades terminales o muy incapacitantes luchando por aferrarse a la vida antes de introducirse dentro del féretro.

Los que ya se han sometido a esta terapia confiesan sentirse mucho más serenos y en paz consigo mismos.

Si algún día tardo en contestar el teléfono, no os preocupéis,  posiblemente esté celebrando mi propio funeral fingido en casa.

 

 

 

 

jueves, 10 de diciembre de 2015

CAMINO HACIA LA UTOPÍA


Puede ser que algún día se nos abran de una vez por todas los ojos y nos demos por fin cuenta de cuán absurdas son nuestras preocupaciones cotidianas de primer mundo y aprendamos por fin a vivir en el presente, sin proyectar al futuro ni volver la vista atrás, sin compararnos con nadie para salir perdiendo o ganando (no sé cuál de las dos modalidades es más venenosa)

Puede que seamos conscientes de que todo excepto el “ahora” es un mero espejismo y dejemos de temer los peligros en potencia o los fantasmas de antaño.

Puede que en algún momento el mundo se ponga de acuerdo en vivir el momento actual exclusivamente, inspirando y espirando mientras dice ooooooohhhhmm, prolongando mucho la vocal para que sea más efectivo.

Menos probable, pero no descartable (todo tiene solución menos la muerte) es que todos nos cojamos de la mano como hermanos y sintamos la energía positiva fluir a través de nuestra corporeidad, mirando con dulzura a quienes tenemos al lado y sonriendo sin mostrar los dientes, como miran las buenas personas a los transeúntes desconocidos.

Quizás estemos a muy poco de conseguir eliminar todo tipo de barreras que nos separan por clase social, raza, sexo, religión, grado de afinidad o talla de zapatos.

Pero mientras alcanzamos ese estadio evolutivo que todavía  somos incapaces de  vislumbrar, recuerda que ya mismo llega la Navidad, y con ella, se esfuman de un plumazo  todas y cada una de las malas personas, así que no te pongas triste, campeón/a.

¡Menos da una piedra!