Si está para
ti, nadie te lo va a quitar. Ya te llegará.
¿Quién puede
creerse semejante afirmación tan naíf y simplista?
Túmbate en
la cama y entra en modo ahorro de energía que nadie te va a arrebatar lo que te
pertenezca por destino.
¿Quién no ha
dicho alguna vez algo parecido? Me molesta
el buenrollismo cuando se vuelve
dogmático y se convierte en un lugar común.
.
Deja que
todo fluya naturalmente y tus proyectos irán sobre ruedas. Si te
concentras y deseas de verdad algo, si realmente eres capaz de visualizarte
consiguiéndolo, el mundo acabará por otorgártelo.
En serio,
hay quien escribe libros que se convierten en bestsellers desarrollando esta tesis. ¿Cómo es que
seguimos aún echando mano a este tipo de “ultraoptimismo”
en muchas ocasiones?
El pesimismo
(ser consciente y prestar atención a lo “pésimo”) se ha convertido en un tabú
prácticamente en un mundo bombardeado por sonrisas perfectas.
Estoy de
acuerdo en que el mal rollo y el pesimismo son dos enemigos a combatir como
fuente de infelicidad. Pero de ahí a pasar al extremo contrario y pensar que
existen los osos amorosos de los dibujos animados hay un trecho.
Un término
medio, que diría Aristóteles. No visualicemos la vida como un valle de lágrimas
pero tampoco como un lugar plagado de bondad y proyectos que con esfuerzo y constancia siempre llegan a
buen término.
Las peores
personas que he conocido son aquellas que se sienten injustamente despojadas de
algo por lo que lucharon y que la vida no les concedió.
¿Tan difícil
es aceptar que hay veces en las que aún luchando y con la actitud adecuada, no
conseguiremos ese objetivo que creemos nos pertenece por decreto?