Todos tenemos una opinión más o menos estática de nosotros
mismos acerca de cómo de buenos o malos somos en algo.
Si realizamos una acción que difiera mucho, tanto por exceso
como por defecto con el autoconcepto, tendemos a obrar en signo opuesto para
compensar.
Por ejemplo, si normalmente como sano y un día me paso, es
probable que la siguiente comida sea más saludable de lo normal. O al
contrario, si mis hábitos alimenticios son bastante mejorables y un día como
algo que considero una opción muy saludable, es muy probable que me recompense
con un premio en forma de comida basura en una dosis más alta de lo habitual.
No lo digo yo, lo dicen psicólogos americanos que han
acordado llamar a este fenómeno el “licensing effect” (algo así como “el efecto licencia”)
Otra cosa que dicen los psicólogos americanos es que no importa
si la acción es objetivamente buena o mala, sino cómo la percibimos nosotros.
Repartieron placebo a un grupo de fumadores diciéndoles que
era un aporte extra de vitamina C y todos acabaron fumando el doble ese día.
Hicieron lo mismo con un grupo de no fumadores y todos
acabaron comiendo algún alimento poco saludable a modo de capricho.
Ambos percibieron que el aporte extra de vitamina C era algo
más bueno de lo normal y por lo tanto compensaron con una mala acción para
acomodar sus hábitos a su autoconcepto.
No me extraña que la estrategia de manipulación que usa mucha
gente sea hacerte sentir mal por algo que les hiciste o dijiste para obtener
una prebenda a cambio.
Igual tiene sentido que nos portemos mal en algún momento con
alguien a quien hemos tratado excesivamente bien.
La publicidad conoce bien este “licensing effect” y lo usa
para vendernos productos.
Diferimos poco de los ratones que se usan en experimentos.
Cierto es que poseemos un lenguaje aparentemente complejo y a veces vestimos de
traje. Es también verdad que poseemos la capacidad de hacer experimentos con
sujetos de nuestra propia especie y que nos pensamos y analizamos a nosotros
mismos; pero todos estos espejismos de sublimidad se van al traste cada vez que
sentimos la necesidad de hacer caca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario