No te
preocupes por lo que los demás puedan pensar de ti, estarán ocupados en tratar de
averiguar lo que tú piensas de ellos.
La gente
está tan inmersa en su singularidad que más que pensar en los demás, los
utiliza a modo de espejo para conocerse a sí mismo. Tú eres tú porque te
comparas con los demás consciente o inconscientemente. La diferencia con
respecto al resto te define y te hace único.
¿Por qué a
veces tratamos a toda costa de encajar, de agradar o de no desentonar,
entonces? En otras palabras, ¿por qué buscamos la aprobación y valoramos el
criterio ajeno más que el nuestro?
Muy fácil,
porque si sólo nos fiáramos de nuestro propio criterio seríamos Marujita Díaz o
el “Pozí” que en paz descansen, Leonardo Dantés o Loli Álvarez. Nadie es normal
en el fondo. La normalidad es un consenso, un constructo social. Lo normal es la
anormalidad, que cada uno sea diferente.
Hay tres perspectivas
básicas para cada uno: como nos vemos, como creemos que nos ven los demás y
como nos ven los demás en realidad.
Combinando
estos tres elementos, llegaremos a establecer los tipos básicos de
personalidades.
Puedes verte
mal, pensar que te ven mal y no estar tan mal considerado o puedes tener una
opinión excesivamente favorable de ti
mismo y creerte valorado por los demás cuando, en realidad, pasas
desapercibido, por poner solo algunos ejemplos.
Ya os sonará
eso de “vive tu vida de acuerdo a tu propio criterio sin importarte lo que
piensen los demás” pero ¿hasta qué punto somos completamente libres del
criterio ajeno? Si hasta para comprarte un triste mechero preguntas a tu acompañante
qué color le gusta más, alma de cántaro… De acuerdo, semejante trivialidad no
cambia el rumbo de ninguna vida pero si uno piensa con detenimiento ¿cuántos de
nosotros hemos llegado a este mundo
gracias a una opinión ajena que nuestros progenitores interiorizaron sin darse
cuenta? ¿Cuántos seres humanos tienen su génesis en el “ya deberíais de ir
buscando al bebé”?
Lo pienso y no sé qué es peor: si ser fruto de
un descuido o fallo en un método anticonceptivo, ser un hijo cuya gestación fue
motivada por la opinión del círculo que rodea a tus padres o ser concebido en un encuentro sexual con orgasmo fingido. Siempre
sostuve la teoría de que los pusilánimes fueron engendrados en un orgasmo
simulado.
Si la gente
cree en los horóscopos, debería investigar más aún su génesis. El tipo de polvo
que echaron para concebirte y lo que lo motivó debe determinar más tu
personalidad que las constelaciones estelares, estoy totalmente convencido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario