jueves, 26 de noviembre de 2015

RESISTIRÉ


Contemplaba el río desde lo alto del puente con las manos agarradas a la barandilla mientras reunía determinación para dar el gran salto.

Había pasado las últimas semanas encerrado en su cuarto releyendo “El mundo como voluntad y representación” de Schopenhauer . No somos más que el voluntad de vivir, un deseo o pulsión insignificante de una fuerza omnímoda que gobierna el universo, una fuerza que obra sin motivo y que se manifiesta en instintos, motivaciones, deseos, pulsiones y tendencias.

No contempló las opciones del arte o el ascetismo que proponía Schopenhauer como salidas. Matar el deseo era la única forma de liberarse de él. Soltar las manos y volar unos segundos antes de dejar de ser parte integrante de esa fuerza omnímoda de la que todos los seres somos prisioneros.

Sentía miedo, no era fácil luchar contra la Voluntad con mayúscula.

La voluntad de vivir siempre nos hace apuntar la pistola hacia el prójimo, girar la boca de la pistola hacia uno mismo es la Contradicción con mayúscula.

Hizo acopio de fuerzas y consiguió soltar una mano.

El puente era un lugar abandonado, una carretera secundaria apenas transitada. ¿Quién iba a acercarse allí un lunes a las tres de la madrugada?

 Le surgieron dudas. ¿De verdad quería soltarse de la otra mano?

Se oyó un murmullo lejano que se acercaba y acabó por convertirse en una canción reconocible. Provenía de un vehículo que se aproximaba.

La escuchaba cada vez con más nitidez en el silencio de la noche. Era la canción “Resistiré” del Dúo Dinámico.

 Giró la cabeza y vislumbró los faros del coche aproximándose al puente. Decidió volver a sujetarse con las dos manos, como si el estribillo de la canción le hubiese convencido de que realmente valía la pena seguir siendo una gota insignificante en el océano de la Voluntad:

Resistiré,

erguido frente a todo,

me volveré de hierro

para endurecer la piel.

Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte,

soy como el junco que se dobla

pero siempre sigue en pié.

 

Hay que haber leído a Schopenhauer para escribir un estribillo así- pensó...

1 comentario:

  1. Ja, ja, ja, ja... Tenias razón, indiscutiblemente más agradable de leer que el anterior.

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